Cortina litigante de soberbia tesitura
que se esparce en la sombra perspicaz de tu penumbra.
Un millar de colores ufanos se entremezclan
reflejan la infortuna herencia de un abismo,
aquellas ramas de débil estructura
se minimizan al verse derrotadas –esclava peregrina-
Pálida envoltura, más de una triste mirada
denota el gris sabor de la derrota
corren en sigilo buscando refugio -sin sentido-
No es tu silencio, sino tu mirada,
una mirada inerte que sedienta de guerra
va muriendo con hastío –prisión disimulada-
Un centenar de individuos en hileras van cayendo
hasta la tumba de un corazón oprimido,
lástima que antes fue un paraíso prohibido.
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia