Isaac Amenemope

PARQUEDADES

Lo que hasta ayer fuera el inicio

hoy se ha convertido en una danza…

 

Acaso llegará bailando el fin,

con vestidos atractivos

y olor a flores de lontananza.

 

Reconoceré como aquí y ahora

nacen para ti las cosas.

 

Comprenderé, sin pensar siquiera

que al seguir imaginando la vida

corremos el riesgo de olvidarnos dondequiera.

 

Acaricio el umbilical nudo

que mantiene suspendido el peso de los corazones,

y lo muerdo lo mismo que morder

tu cuello y tus mejillas.

 

Corro de repente al refugio más cercano,

y cuando alcanzo a reaccionar

me hallo otra vez en tu interior pisando,

quizás caminando,

quizás volando, quizás escalando hasta tu pecho.

 

 

¿Qué he visto allí que no tenga que ver contigo?

Nubes viajando en tus ojos

días que nunca pasan,

ruegos rotos por el violento cauce

que hace música en tus camas.

 

El hogar cuya pared da al firmamento,

la almohada soñadora que no cambias.

 

El descenso a través de tu garganta

el descenso afuera en la montaña

el descenso hasta el ombligo

el descenso a casa.