Despegué los párpados y vi
que me había transmutado
en un adulto con ideas de adulto.
Me asusté. Batallé con mi conciencia
y caí en la cuenta de que la máquina del tiempo
me había traicionado de nuevo.
Y ahora busco el patio donde pasé mi niñez.
Con el susto en el cuerpo,
busco un emblema de albor que me ceda
el amor del niño que fui ayer.