Bendita suerte, será la que tengo,
Si llevo prendida,
el dolor de no amar.
Camino lento, paciente y erguida,
Coronada de glorias,
Coronada de dichas.
Pero no son todas,
Son una o dos,
Me dan por partidas,
Y por partidas me quitan,
Bendita suerte, la que yo poseo,
Llena de gracia divina,
No es mi rostro; sino mi interior,
Y soy admirada por ojos profundos,
Techado de virtudes, ante el ojo adulador.
Pero el hombre es hombre,
Fiel esclavo de sus instintos,
Guiado siempre, por una naturaleza animal.
Me admira y me “ama”…rápido y fugaz.
Me posee y se aleja, al descubrir mi mortalidad.
Bendita suerte, la que me obliga;
A no creer, a no esperar,
Si te amo me condeno, a llorar tu desamor,
Por que extraño es el hombre, que ganada la empresa,
La abandona, sin ninguna explicación.
Bendita suerte, que me posee,
Que sino te amo, y escojo desaparecer,
Me odiarías, por no corresponderte,
Por ser amiga, por no ser tu mujer.
Bendita suerte, que me condena;
a ser esclava de mi libertad,
a no amar cuando me ama,
a no esperar cuando me ofrecen.
por que emprendida la campaña,
y ganado mi corazón,
el vasallo se vuelve rey,
pierde humildad, pierde razón.
Tan simple y tan sencillo,
Que es la gloria alcanzar,
Tocar el cielo con las manos,
Cuando se ama a la mujer,
Que se desvive por amar.