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No me culpes que tu corazón se agite cuando yo llego
O que mi nombre salga de tus labios distraídamente en un suspiro
No me culpes de estar cautivo en mis besos
O de haber quedado prisionero en mi regazo
Si cada canción que escuchas te recuerda a mí
Si anhelas en cada segundo estar a mi lado
Si extrañas la suavidad y la tibieza de mi piel
No intentes culparme, porque culpa mía no es
No es culpa mía que te sea irresistible
Que me cantes cada noche, cada tarde y amanecer
No es mi culpa que el cupido te haya alcanzado
Y ahora te sientas débil ante el poder de este amor
¡Puedes sentir el poder del amor!
Puedes sentirlo por tus venas correr
Revivir tu corazón palpitando de alegría
Y cantando al nuevo día que a venido a renacer