Bajo el divino resplandor de las estrellas
y las luciérnagas que brillan en la oscuridad
siento una infinita pesadumbre
en mis largas noches de desvelo
que me hace sentir que el tiempo,
pasa mas lento y mas tedioso.
Y en el divino lenguaje del silencio
cuando el sopor del sueño, a todos los invade
me digo tantas cosas sin pronuciar palabras
y puedo percibir en mi sentir,
que la flor de mis ensueños se deshoja.
En mi conversación conmigo misma,
comprendo que no debo, seguir fingiendo
ni viviendo esta mentira que me agobia
y que debo abrir las compuertas,
al torrente contenido de mi alma.
Para dejar fluír mis sentimientos
y dejarle saber, que no quiero seguir mintiendo
porque a su lado, he vivido por costumbre
pero que nunca, he podido amarlo.