Claro está
Que si mi habitación
Tuviese ventanas
Sería más conveniente
Defenestrarse
Que seguir mirando
Las manchas húmedas
De aquel techo que observa,
Que mira,
Que se desangra en el silencio
De murallas.
Claro está
Que si mis manos
Fueran sepulcro,
Escondería con ellas mi rostro,
Taparía con ellas el sol,
Tocaría con ellas tu cuerpo.
Para ver caer
Cada pétalo,
Cada hoja de mi parra
Y
de la tierra.
En esta copa de vino
Que preparé
Deshilachando mis muñecas.