Persiguiendo sueños
en la orilla de agua y sales,
todo el sol se me ocultó
y busqué algas doradas
recordando antiguos mares,
y víboras serpentinas
en collares de cristales.
Pero, nada sirvió
para aplacar la oscuridad,
hasta que entendí
que era el horizonte de la tarde
que jugaba con su pelo,
y que luego, amordazado,
lo guardaba bajo siete llaves.
Texto y Fotografía: RoseMarie M Camus
2012 Copyright ©
•Reservados todos los derechos de autor.