Hay cosas que a veces yo no entiendo
si por la mañana la claridad esconde
una mancha infinita y callada
tan negra, opaca y helada por las noches
consumida por dolores y un poco de esperanza
de esperanza por saber si el agua es blanca
de cambiar la anguistia y creer en el futuro
de estropear mis miedos gritando mi nombre
temprano y que todos escuchen que soy yo de nuevo
acariciando el momento de tenerla a mi lado
hay cosas que a veces yo no entiendo
si es mi mente el juego de los días
o son tus manos que hoy como nunca me han tocado
sin el tacto de una niña y el eco de sus ojos
resbalando en mi silencio como gota sin salida
cayendo despacio junto al tiempo y sus minutos
me siento sin las alas de los sueños al vacío
de la escala improvisada del receso de tus labios
ese espacio pequeño investigando lo desconocido
escapando de la lluvia que cae entre nosotros
que nos hace dividirnos en un instante eterno
disfrazando tu huída con el ruido de las voces
que chocan con el aire de tantas multitudes
al huír entre tantos ojos las palabras del escape
finalmente somos niños perdiendo nuevamente.