a Darío
Cuando hayas vuelto
y aunque traigas el suelo de aquellos continentes
adherido a la espalda
aunque te hayas quedado tantas veces sin sangre
aunque otras playas
te llenaran los ojos y todo esto pasara
mientras yo te llamaba...
Cuando vengas
iremos hasta aquella vieja estación del tren
a buscar ese día que nunca vino
que no vendra
que no vendrá jamás y nos iremos
solos con nuestra sábana de euforia
solamente tú y yo
con nuestros nombres
a donde todo sobra
a donde nada importa
a donde el mar desecha remordimentos...