DESALOJADOS
Con todos los fierros,
Con todas las armas,
Con toda la fuerza,
Con todas las ganas,
Así van nerviosos
Los tristes soldados
A dar la batalla
Con los destechados.
Al centro de un parque
De un pueblo de tantos
Más de cien familias
Bajo la inclemencia
Del sol veraniego,
Llevan siete días
De hambres y desvelos.
Los hombres,
Algunos Viejos y cansados,
Y otros menos viejos,
Pero acobardados
Al ver sus mujeres
Y sus pobres hijos
Con sueño, con hambre,
Con sed y con frío.
Al frente de este famélico grupo
Un destacamento
De autómatas hace
Formación cerrada
Dentro de sus trajes
Blindados y a prueba de balas,
Pedradas, garrote y metralla.
Al grito estridente de alguno de ellos:
-avancen, de frente,
Evacuen el parque,
Los hombres de negro,
Blandiendo sus armas,
Como si avanzaran
Contra una manada
De fieras salvajes,
Azotan con saña
Sus botas feroces
Contra el pavimento
Que suena y retumba
Cual tambor de guerra.
Los negros verdugos
Del pueblo en su marcha,
Van incontenibles
Como una avalancha,
Y un rumor de voces
Trémulas invade
El ambiente tenso
Que ya huele a sangre.
Los hombres al frente
Van poniendo el pecho
Armados de miedo,
De rabia y de hambre,
Y al lado de ellos,
-fieles escuderas-,
Marchan sus mujeres
A todo resueltas,
Y contra sus pechos
Maternos aprietan
Sus pequeños hijos
Que absortos observan.
Al grito de… alto!!!
La tropa detiene
Su avance agresivo,
Y con poderoso
Vozarrón ordena
Uno que se oculta
Detrás de su escudo:
-váyanse del parque!
-desalojen ya!!!
-les mando en el nombre
De la autoridad!!!
Pero nadie, nadie
Se mueve en el grupo,
Y haciéndose fuertes
Se apretujan más
Formando una masa
De hombres y mujeres,
De niños y ancianos
Que acatar no puede
A la autoridad,
Porque no hay un sitio,
Ni siquiera un metro
De tierra onde puedan
Parar cuatro palos
Y allí pernoctar.
No hay a donde ir,
No hay quien los espere,
No hay quien les ofrezca
Un alero al menos.
No hay quien a su casa
Los invite a entrar;
Y es que ellos son pobres
Y son desplazados,
Y son invasores
De predios urbanos,
Donde levantaron
Con palos y latas,
Cartones y plásticos,
Frágiles refugios
En donde habitar,
Los cuales mirados
Por la sociedad
Son ruines tugurios
Que afean la ciudad,
Porque en ellos viven
Esas gentes sucias
Que ponen en riesgo
La seguridad.
Ni atrás,
Ni adelante,
Nadie un paso da.
La orden se repite.
Todo sigue igual.
Entonces la tropa desobedecida
Por aquellas gentes
Solo protegidas
Por su valentía
Que poca les queda,
Arroja una lluvia
De bombas de gases
Que a todos asfixia
Y a todos esparce,
Y a todos dispersa
Y a todos los vence,
Y a todos humilla
Y a todos derrota,
Porque los derechos
Del pueblo en mi patria
Se acallan al paso
De la oscura tropa.
Después…
El gobierno parte de victoria
Da por que ha vencido
A los desvalidos
Que ya no en el parque,
Sino en todas partes,
Ejercen oficio
De viles mendigos
Y de raponeros,
Y de prostitutas,
Y de subversivos
Porque de sus campos
Fueron desplazados,
Porque del tugurio
Son desalojados
Y porque a estas gentes
Tan solo con pata,
Con gases y balas
Responde el Estado