Me recuerda al astro coronado
que viste con bellas florituras
de la flor, del amante y el amado
los cabellos y las hermosuras,
que van y se pierden por el prado,
que arrebolan besos sin mesuras.
Tanta blancura y tanta alegría,
ella, deja como mil estelas
en la bruma y en los cálidos frentes
en donde un crisantemo latía.
Pues tiene de oro brazos y telas
para abrazar tristezas dolientes.