Pedía a la anciana sentada en la silla
Una señal de que tú existirías
No me dijo tu nombre y sabía
Que algún día encontraría tu fotografía
Una noche en el bar de la esquina
Arribaste con alevosía
Un cigarro encendido en la mano
Y mis esperanzas puestas en vano
Tu nombre bisilábico imposible de olvidar
Recordé por las noches al irme a acostar
Tus ojitos azules alegres como el mar
Me volcaron y ahogaron en su inmensidad
Me llamo José, no pude pronunciar
¡Me intimidaba tan solo ver tu caminar!
Te volví a encontrar por las calles, laborando
Y fui víctima otra vez de tu encanto, blando
Desapareciste en la noche con su manto
Como ya es costumbre, no pude contener el llanto
Volveré a encontrarte con otro rostro y otro nombre
Que me recordará por siempre, que fuiste
Mi capricho de amor instantaneo