Estoy cansada, recostada mirando al cielo,
tratando de pensar, de platicar conmigo misma,
preguntándome ¿el porqué? ¿dónde? ¿cuándo?
en qué momento llegue hasta aquí;
¿por qué hacer lo que otros hacen
o lo que se supone se debe de hacer?
¿qué acaso no me sentía diferente?
¿qué acaso no soy el timonel de mi vida?
nadie es perfecto.
Quizás no soy nada indulgente conmigo,
debo de aprender a aceptarme, no soy perfecta.
a decir que no ¡cuando así me parezca!
reiré cuando tenga ganas de reír
gritaré y lloraré si desahogarme quiero
sin tener que rendirle cuentas a nadie de mí proceder.
Difícil es que a uno lo entiendan, pero total,
a veces ni uno misma se entiende.
Algunos sueños se nos hacen tan lejanos,
más si nos empeñamos en alcanzarlos,
quizás podremos tócalos y abrazarlos.
Ahhh ese temor de equivocarse, de perder,
que nos deja en paz ni un instante,
que en momentos se alzan como torres infranqueables,
para hacernos sentir de repente la batalla perdida.
En esos momentos de desamparo
¡es cuando mi espíritu se revela!
y me pide ¡sentir, creer! que soy capaz
de superar ¡uno y mil obstáculos que se me presenten!
aunque hoy…hoy me permito ser débil.
Hoy no razono sobre el cauce de mi vida.
¿a dónde voy?
¿qué quiero?
mi mente en blanco esta,
mañana…mañana otro día será y entonces pensare,
hoy solo quiero cerrar los ojos
y olvidarme...de que el mundo existe
de que yo existo.
NM de la Rosa