Soneto Alejandrino
Si tuviera tus manos
Si tuviera en mis manos tus manos ardorosas
embriagando mis versos maderas del oriente,
escanciando en mi boca tu vino dulcemente,
probaría en tu cuerpo delicias vigorosas.
En mi piel sentiría las aguas amorosas
celestes desbordando, quemándome impaciente;
y en ésa tu mirada, cristalina vertiente,
vería un ave posada y bellas mariposas.
Si tus manos me niegas seré tu enredadera,
tu lienzo, tu materia, la gloria de tu vena,
el derroche de mieses y en tiempo, girasoles.
Aunque ignores mi estrella brillaré en tu ladera,
en lo alto de tu monte tornaré en luna llena,
sobre un puente de rocas seremos dos crisoles.
Matilde Maisonnave