Parar el mundo
Si pudiera parar por un momento
el mundo, para poder arreglarlo
y nunca más escuchar un lamento,
¡nadie haría el mal y no pagarlo!
Pagando las lágrimas derramadas
todos los que solían provocarlas,
no fuesen sus acciones olvidadas
y no podamos nunca sancionarlas,
no habría nunca más desigualdades
reinando la concordia en todo el mundo
acabando con todas las maldades
dejando de ser un lugar inmundo.
Yo le pondría en marcha nuevamente
viendo la felicidad de su gente.
© Eduardo González Cuartango
18/04/2012