Escuché hablar a tu ángel.
Él dialogaba con otro celestial
mientras en tu silencio susurrabas.
Él fielmente te contemplaba,
secaba las lágrimas que vertías.
Escuché decir con voz audible
¡Mi linda niña esta triste!
¿triste porque? contesto el otro,
es un desamor que la agota…replico.
Ya no llores niña, rompe la tristeza
vístelo de ornato a tu alma,
en congoja, en dolor o en penurias,
en cualquier flagelo de la vida,
especial tesoro eres… agrego.
Considera al universo en el cielo
que ninguna cosa la sosiega,
más en el tiempo menos esperado
y por lo más caliente que perdura,
en las lluvias, sus lágrimas diseminan.
Deberes sagrados tengo con ella
porque es mi alegría… contemplarla,
como quisiera tomarla en mis brazos
y hacerme humano para amarla,
y entregarme en amor a ella…objetó.
By
Elías Lucas
Todos los derechos reservados por el autor de esta expresión poética.