…dándome tus caricias ¡tus ternuras de amor!
derretidos y obscenos sobre mi piel confusa
Ronel González
I
De lejanos ensueños me llegó tu presencia
colmada de nostalgia buscando el corazón.
Te miro sin mirarte porque estas en la ausencia,
¡porque estas en la mente como loca obsesión!
Son estampas muy gratas de la reminiscencia,
tardes del crepúsculo de encendida emoción
y los tiernos momentos de aquella adolescencia,
fueron inagotables fuentes de inspiración.
Te miro a cada instante porque estas en mi vida
como algo inolvidable de la dicha sentida
que la ausencia dejará en retentiva y dolor.
Evocando el pasado de grata exuberancia,
romántica y bonita te observo en la distancia…
dándome tus caricias ¡tus ternuras de amor!
II
Recuerdos me llegan como oleaje de amor
a saturar las playas de aquel viejo deseo,
ya siento que mi cuerpo hasta respira tu olor
y sumido en tu recuerdo, pienso y fantaseo.
Amores diferidos conservan el sabor;
van buscando la orilla en afanoso braceo
quiero gritar tu nombre con el mismo furor
y con mi voz quebrada tan sólo balbuceo.
En mi cuerpo febril se manifiestan temblores,
mi garganta reseca por extraños calores
me produce la sed de una pasión inconclusa;
Es entonces allí cuando de verdad te ansío
y el calor de tus pechos me cobijan del frio
derretidos y obscenos sobre mi piel confusa.
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