Alexander Vortice

MALDITO EL DÍA

 

 

Se incendió el núcleo porque el malestar

de los giros del mundo

es tan doloroso como una ventana podrida

que alguien quiso masticar.

Se incendió el núcleo y la ciudad vociferó

obscenidades sin arte ni gracia…

Maldito el día que el unicornio soltó el aguijón

y deseó contratar un fémur

para partírselo en los dientes al hijo ingrato

del padre sol y la madre luna.

 

Maldito el día que estuve en fase obtusa,

con ojos de lloros

y síndrome de incendio permanente,

costoso, húmedo y permanente.