Isaac Amenemope

TODO POR ESA PALABRA

He de salir de nuevo al aire

Ver en las estrellas los puntos

En los que no se derramo la tinta de la noche

Ver cuando se enciende la superficie

Para no quemarme al momento de querer tocarla…

 

Que obtendré después de todo,

Tus manos suplicando oxigeno dentro de mi cabeza…

 

Pero allí no hay demasiado oxigeno,

Muchas más señales,

Y Tú no apareces,

Ni uno solo de mis tibis contactos

Ni siquiera uno de tus mas pequeños pasos

Ni siquiera un minuto porque duermes.

 

Eso quizás sea todo del cosmos;

 

Nuestros intersticios,

Y el aliento que los colma,

Nuestros lapsos pasionales

Y el pulsar que los lleva a resumirse en otro día,

 

Nuestros pastos,

Perdidos de libertad

Esperando a que tú animo

Pueda echarse en verano

A jugar con el Sol

A que “nunca acabe la mañana”…

 

Hagamos esta vez como el riachuelo,

 

Y que de nuestro filial cauce

Salpiquen gotas de vida hacia las riberas,

 

Toquemos si es necesario

La perdida eternidad de la inocencia

Saquemos a la reminiscencia

El suculento bostezo de la mañana

Hagamos que lo inextinguible de un abrazo

Acabe con la separación entre los Hombres.

 

A quien le toque volar

después sobre nuestra planicie intacta

Ése verá,

 

tu mentón sobre mi frente,

el mismo descanso de la luna sobre la montaña,

tu cuello vivo

reflejando la suavidad que huelo ahora,

la voz de la paz deslizándose en silencio