¡Pobre niño!tú al nacer,
te fué ingrata la fortuna;
que abandonaron tu cuna
los que te dieron el sér.
Y de tu desgrascia en pos,
fuiste la tierra cruzando,
y en tu onfandad, implorando
una limosna, por Dios.
Alguno te acariciaron,
y muchos te repelieron;
trabajas, pues,te dijeron,
¿Y porque no te enseñaron?
por intuición no hay saber,
es necesario enseñar;
y se tiene que senbrar
si se quiere recoger.