Las mariposas estaban altas
en su vuelo cadencioso
querían hablar con la jirafa
sobre asuntos amistosos.
La jirafa fue muy gentil
y las recibió con ternura,
le contó en modo sutil
que se siente en las alturas.
Y las mariposas agradecidas
pintaron en el cuello de la jirafa,
sus figuras bien definidas
volando muy entusiastas.
Por eso las jirafas en el cuello
tiene manchitas vistosas
que al ser vistas desde lejos
parecen bellas mariposas.
Alejandro J. Díaz Valero