Diaz Valero Alejandro José

Si muere un poeta

Cuando muera, señores, un poeta

no le digan nada a la inefable poesía,

dejen que sigan marcando las letras

parte de su extensa biografía.

 

Amigos, cuando muera un poeta

no saturen la brisa con el llanto,

no esgriman la lanza de la tristeza

ni decoloren de la noche, su manto.

 

Cuando un poeta deje un día de existir

y haya cumplido su misión terrena;

hagan que sus versos vuelvan a fluir

en memoria de aquel que un día escribiera.

 

Cuando un poeta ya esté ausente

Interpretemos su silencio sin escritos,

que tal vez su musa siga latente

en las calladas voces del infinito.

 

Mañana cuando amanezca

y vuelen las aves en su algarabía,

si me entero que ha muerto un poeta

uniré unos versos a la cofradía.

 

Dejaré que sea el soplo del viento

envueltos en traviesos remolinos

quien lleve el mensaje de sus versos

a todo aquel que no lo ha leído.

 

Su misma poesía, será la recompensa

para seguir disfrutando sus encantos…

cuando muera amigos, un poeta,

no saturemos la brisa con el llanto.

 

Por eso, aunque escribirlo me cuesta,

aunque parezca un gesto de hipocresía,

sí veo que muere, mañana un poeta

no le diré nada a la poesía.


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