Winda

CORAZON NECIO

C O R A Z O N    N E C I O


¡Pobrecito corazón mío!

que vives condenado a estar muy solo

y a seguir olvidado eternamente

y otra vez con el cansancio y el hastío

te llenaste de sed amorosa eternamente.


¡Cuantos deseos yo tengo de que mi corazón fuera

una fuente de agua clare, fresca y resonante

para que cuando los rayos del ardiente sol surgieran

fatigados hasta ella llegaran todos los caminantes

el les pudiera brindar el bálsamo para que su boca

pudiera saciar su sed que el cansancio provoca.


Y otra vez quiero vestir a mi corazón de fiesta

y quiero volver a emocionarme con esta tierna espera

y quiero que mi alma se cubra de afanes y que no se sacie nunca

de vivir y disfrutar con júbilo de esta ardiente quimera.