La tierra había temblado con fuerza, y el suelo como una hoja de papel que se pliega de repente no dejó un solo edificio en pie... Luego del estruendo y la desesperación, que duró varios minutos, todo fue silencio...
Como pudo se deslizó bajo los escombros, hasta atisbar la luz del día por una ranura, de donde salió volando airosa la mosca, sobre un paisaje de desolación y muerte... El festín apenas comenzaba.