Ella esta silenciosa en la oscuridad,
Rodeada por una luz brumosa y rojiza,
Es una extranjera en esta tierra,
Siempre a sus sentimientos sumisa,
Resplandece belleza en su alma,
En ella rebosa una mirada de niña,
Sus labios soló pecado provocan,
Inmersa en lúgubre oscuridad su maravilla,
Es creación perdida como su divinidad,
Esta allí culpable por su inocencia,
Sentada mirando sonriente,
Esperando al próximo caminante,
De repente las llamas la rodean.
Ella delicada baila y goza,
Ríe de felicidad al lado de las brasas,
Mueve su cintura al sonido de la candela,
Baila sensual y lenta,
El fuego es amante de ella,
Y cada una de las llamas besa,
Su danza a mi mi conquista,
Al ver como su cabello,
Se convierte en llamas,
Como su vestido ahora es ceniza,
Y su desnudes es la gloria,
Baila en la oscuridad roja,
Pasando sus manos por su cuerpo,
Su sudor es miel en las tinieblas,
Y nosotros hacia ella caminamos lento,
Es la hermosura de un ángel nocturno,
Que nos dirige a sus sensuales llamas,
Ella con el dedo nos llama,
Nosotros ya no tenemos voluntad alguna,
Su piel es nuestro deseo de tocarla,
Ella nos alumbra el camino,
Con un sendero rojo,
Ella es nuestra querida lámpara,
No hay otra luz en este lugar,
El cielo es solo negrura,
Por ella nos dejamos conquistar,
Cada vez más sentimos su cálida presencia,
Su sonrisa nos llama,
Su olor es la mejor esencia,
Nuestro amor es la tragedia,
Estamos preparados para morir en su belleza
Mujer De La Oscuridad Rojiza.