Perdiendo el tiempo
Deshojamos por años almanaques,
porciones de un tiempo que evanescente
dejamos pasar de modo inconsciente,
perdidos en nuestras divagaciones,
sabiendo que los días son contados
y siempre serán pocas las acciones
de las que sentirnos afortunados;
sintiéndonos así tan desgraciados,
por no plantarnos, de forma consciente,
dejando que fluya nuestro inconsciente
y sea quien nos guie en las decisiones
esas que más debieran importarnos,
no estas que nos harán importunarnos.
ese tiempo que siempre malgastamos
y nunca podrá ser recuperado
el mismo tiempo que nunca encontramos
para emplear en algo acertado;
sabiendo que ese tiempo, el malgastado,
nunca podrá llegar a confortarnos
no forcemos que llegue a importunarnos
© Eduardo González Cuartango
22/04/2012