Un DIA perdí el corazón, me lo deje en el engaño de un falso amor.
Me dibuje un corazón de acero en el centro del pecho en forma de diana,
Para el que viniera otra vez a disparar, fuera certero, no fallara en el tiro y
Le fuera fácil abatirme.
No quería volver a sufrir lo del primer tiro, que por sorpresa me cazo, me desarmo y muerto en vida me dejo por largo tiempo.
Lo de ponérmelo de acero fue, para endurecer un poco el trato, para que el dolor contenido pareciera menos cruento y no sangrara como la ultima vez.
Vestido de blanco con mi diana en firme, haciendo alarde de valentía, salí a la calle, a buscar lo antes perdido, amor, odio, corazón, lo que antes encontrase, daba igual , yo llevaba mi corazón dibujado en el pecho como arma de fogueo.
Nada me podía hacer daño, pues mi diana me protegería de tiros a ciegas que matan a cualquier inocente con ansia de amor.
Tuve la precaución de no tomar rehenes, de no dejar huellas en ningún otro corazón, desvalido como el Mio y en no dejar pasar el tiempo sin aprovechar al máximo cada segundo.
Todo intento de supervivencia se redujo a dejarme ver a tiro sin morir en el intento de morir de desamor.
La única salida de agónico escape, fue amar sin que se notase el palpitar del corazón dibujado, que aunque de acero, solo era un efímero escudo desdibujado, una quimera burlona del desamor, sufridora de la mentira mas cruel, el engaño y la traición.
Ruego al que encuentre mi corazón, no dispare, no se lleve lo que otro ya me robo.
Solo déjese amar por mi y resucite en mi lo que otro mato, la alusión de amar con todo el corazón.