Hoy se estrechan la mano mis condolencias
Un pacto de paz que justifique tantas diferencias que se impartían
No encuentro la salida en mi desespero
Bebo del agua de mi propio consuelo en las horas frías
Bebo la sangre de mi camisa cuando puedo
Y espero encontrarte allí
En el punto de partida de mi ausencia
En el punto medio de mi inocencia y mi ineficiencia
En el máximo lote de tu cordura
En la mañana que me provoca locura, te espero
Encontrare quizás el paraíso primero, antes que tu mano
Pero no es para tanto que yo cuente los años que pasan por tu recuerdo
No encuentro el impulso sincero
Si cuando aprieto la mano empuñando papel y lápiz sucumbo
Y en los tumbos de mi mente descanso
Pensando en quizás algo que nunca tengo
Detengo el reloj en el momento exacto
Y retiro mi mentira de los cuadernos
Porque sé que nunca seremos perfectos
Porque sé que la vida es un rumbo complejo
Y yo me acomplejo demasiado
Tanto como para perderte siempre.