RICARDO ALVAREZ

REALEZA AMANTE -

 

¡Amor!

La impulsiva ola nos heredó sangre

azul de estirpe,

Entró por la ventana

traída por los cabellos,

montada al lomo del viento

memorioso y congestionado,

coagulado en la ultima escarcha

de agua pura congelada/

La luz venia como embajadora de antiguos soles,

del tiempo de la creación de la llama y

revivía el fuego horizontal en su mirada/

 

Parecíamos peregrinos invitados por

cortesía de un  festival de naturaleza.

Hasta el asaro nauseabundo

venia perfumado con realeza.

Los troncos soltaban en la vereda

su liquida madera de raíz consumada.

La hoja en estrella

forjó nuestra risa en diamante,

se estiraban las horas alegres

en un reloj de cuerdas rotas

y en huelga de instante.

Mínimos se abrían los templos infinitos

entre las cruces benditas de los múltiples vientos/

¡Ay, amor!

La conciencia del orden natural

sabia de nuestra presencia,

a la hora perfecta de la tarde

la sombra construía nuestra

belleza de manos en enjambre.

Éramos bandera recostada,

vigor de marea

en color de gema,

resonante choque de metales blandos

esculpida piel de realeza amante.

 

 

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