De átomo herida la tierra
Y de sangre y sangre el rio
Las lenguas de penoso futuro
Lamben el estremecido rostro del niño
Ay, duras las manos
Ay, ya dura piedra
Que se agrieta en el olvido
Ay, débil gemido
que se duerme dulcemente Sobre el junco tibio
Y bajo toda las lunas
Y en la luna mas limpia De las naciones
Suspira una madre Frescos racimos
Que gobernante de plata
Que genio ingenuo
Que soldado del ganado
de los santos domingos
se ha atrevido matar despiadadamente vuestro hijo
ay, que desgracia
ay, que cristales fríos
basta ver el crepúsculo de viseras
despojando el aura roja
que lleva en su eco un ahogado gemido
basta ver en la intemperie la sangre viva
basta ver el pico del cuervo
en el torso mal herido
y ver correr de sangre y sangre el rio
y los vientos con pulpa de sangre
en su sonda cuajada
arrojándonos al abismo
abismo es la boca abierta del niño
abismo para quienes engendran
con el egoísmo de engendrarse a si mismo
quienes buscan el heredero mas virtuoso
quienes quieren prolongarse en el joven cuerpo
bebiendo de el los dones que nunca han tenido
abismo para el vampiro
para quienes extirpan el vientre de la generación
y luego lanzan la campaña de los justos juicios
para las naciones que matan el engendro
que han concebido
abismo;
para quien se ha atrevido matar vuestro hijo