Paso por el cementerio,
Sin reconocer ningún muerto,
nadie a quien visitar,
pero su calma me hace entrar,
Gladiolos marchitos descansan,
Decoración triste que les acompaña,
pero que en si encierra su hermosura,
Melancolía y felicidad en mi resbala,
Olor a descomposición y rosas,
Hogares grises como el cielo,
como mi mente y mi habla,
la calma en los ojos abiertos,
La paz en los ojos cerrados,
El amor en la lápida,
Riegos en cada lagrima,
y no hay ni una flor,
Por eso me siento bien,
No dejamos nada en la estancia,
Más que un corto viaje,
Del que luego se descansa,
Me siento sin permiso en una casa,
Del cual su Morante la fecha es larga,
El día lluvia no presagia,
Y acá se extraña la brisa,
Un pétalo que cae hace una cama,
Que aflige un poco en el alma,
Pero es delicada y casi romántica,
Por eso hoy descanso en su suavidad,