La dama de este oscuro amanecer me observa desde su ventana
Para el mundo vengo hacer juguete, para ella un simple cuerpo envuelto en ropas baratas
Un noble caballero, sin castillos
Un caso perdido en el horizonte cordial de nuestras vidas
La dama de esta melodía escondida.
Me atrapa en sus cartas, en sus secretos bien leídos por los impíos
Me mira y me mima cual madre a su hijo
Su espera es tumba de mis anhelos más profundos
Su mundo es mi tristeza y mi desconsuelo
Ella besa el suelo que piso maldito
Ella anida el mito de que quizás nunca crezca
Me abraza y en sus débiles brazos flaqueo
Ella en su cárcel mental me aclama
Me ama en días de lluvia distintos
En extintos recuerdos de amor por el hermano
Ella está en mis ratos malos
Olvida el presente y vuela conmigo al teatro
Teatro donde corre mi sangre a litros
Y en sus gritos encuentro la cura a tantas impurezas
Su néctar me alimenta de un odio vacio
Su cuerpo es mío en las noches de luna llena
Y estoy con ella tanto que olvide que esta doncella me mata lentamente
Su voz insuficiente grita maldad, desacierto
Giro en torno a un concierto de libélulas y grillos
Me voy de tumbos en el tiempo
Y caigo en las depresiones mas lindas para encontrarla
Esa dama es mi vitamina en las noches largas
Mi droga en temporadas bajas
Mi única salida cuando el resto me harta
Le pido al dueño de esta cinta me aparte de visitarla cada momento
Porque enfermo en su costado
Caigo victima de sus cartas
Y muero, muero como ya tantos lo hicieron
Muero en mi desespero, en mi engaño.