Ese Arco que se describe entre la perlatencia del principio
Y el desencadenamiento de lo reunitivo
Del ejercicio creativo,
Salva el espiralizado concierto que discurre
Hacia el seno de la protección,
Y toca sin esfuerzo la libertad del recorrido.
Hoy como mañana el respiro de siempre,
Y la frágil juntura donde nace el conmovible <<delta >>
De nuestro aspecto,
Confiándose en un colmo de inconciencia al mundo,
Dejándose ver entre el caudal presuroso
De las sensaciones
Que se encuentra de continuo
Con el mar de desconfiguraciones.
He allí el cuerpo arremansado de la presencia,
Y el remolino inconfundible del Espíritu
Inundándose de luz en nuestros ojos,
Viéndose en la transparencia de una sonrisa a punto
De caer como selvática golosina madura,
Lanzando hacia el fondo del naufragio
Los nudos acordonados del pensamiento,
Que ahora son peldaños
Asideros temporales de un auxilio
Que conduce los gustos del destierro
A serenarse en otras playas.
Cuenta con el sol que se filtra por tu frente,
Y alcanza la estrella madre de tus sueños.
Tampoco se encuentran del todo abiertas las ventanas
Que dan a ese jardín cósmico,
Como tampoco se hayan cerrados los capullos
Que resguardan del ahora la belleza.
Murmúrale al corazón acerca de lo que has visto,
Y espera su respuesta;
Será como preguntarle al silencio
Si ha sorprendido alguna vez refugiada a la palabra;
Será como advertirle al tacto
Que tocar cuesta lo que cuesta una mirada.