Una noche cambió el rumbo de las ideas
Esa noche resurgió, el niño agonizante
Que por años anduvo errante.
Noche de amor, pasión, deseo…
Noche de compañía, noche de sabiduría.
Tan especial fue tu existencia en la mía.
Se avivó la llama, con sólo una mirada.
Florecieron sentimientos con sólo una palabra.
Mis labios sedientos, salieron del desierto,
y no hubo momento de desespero.
Todo tan tú, todo tan yo.
El pasado que nos separó no importó
Porque un sentimiento nos unió…
Una noche, sola una bastó para encontrarme, para
Reconocer lo siempre ocultado.
Fuiste víctima, tal vez. También yo lo fui, de
Mi misma. Y sin que se agote la tinta,
Te agradezco por haber sido en mi vida, más
Que una noche, más que un sutil derroche.
Te agradezco que me hayas salvado,
así poquito a poco enseñado, que hay más de lo que se ve.
Nunca abandonar la fe.
Cada segundo, cada minuto de esa noche lo valió, aunque
Ahora deba decir adiós.