EL ESCOBITA
(Hombre que barre y asea las calles)
Todos los días pasa barriendo
Con grande escoba, calles y andenes,
Siempre va alegre y en su carrito
Echa envolturas, hojas, papeles,
Y todo aquello que no es bonito
Para la vista de quien va y viene.
Pero además el toca las puertas
Y un “buenos días”, con rostro alegre,
Le da a quien abre, y alegre pide:
- En esta bolsa deje la rabia,
Y su mal genio y su pesimismo,
Para que vea que la vida es bella
Si la vivimos con optimismo.
- En esta deje usted que la envidia,
Y la avaricia y el egoísmo,
Ya no sean parte de su existencia,
Para que sienta que compartiendo
Se tranquiliza nuestra conciencia.
- Écheme aquí también la pereza,
Junto al desorden y la desidia,
Pues estas juntas, a la pobreza
De prisa llevan a la familia.
- Vengan la gula y la lujuria,
En esta bolsa caben también,
Ellas te enferman y a la penuria
Pueden llevarte, pues no hacen bien.
- Deme la ira, se la recibo,
Y no la vuelva a llevar consigo,
Pues es camino hacia las tragedias,
Ella te puede hacer asesino,
Fácil te saca del buen camino,
Déjala y ármate de paciencia.
- A tu soberbia que te hace ufano
Y a todos te hace ver como enanos
Y sentir te hace mejor que todos,
Vamos a hundirla bien entre el lodo
Y aprenderemos que aun entre lobos
Hay humildad para bien de todos.
Y así este hombre que barre y barre
Quiere llevarse lejos, muy lejos,
Todas las taras que menoscaban
La buena imagen de los vecinos,
Para que todos, libres de taras,
Seamos gentes de mentes sanas.
Qué bueno fuera sacar barriendo
Con escobitas de diligencia
Y de paciencia y de voluntad,
Todos los lastres que el alma tiene
Con los que a veces tanto se hiere
A quien amamos, y en un carrito
Como basuras, hojas, papeles,
Llevarlos lejos y hacer bonito
El compartir con quienes nos quieren
COMPAÑERA TERESA
Detuvieron tus pasos compañera teresa,
Apagaron tus ojos, acallaron tu voz,
Nos quitaron de golpe tu querida presencia,
Y nos dejaron débiles sin tu alegre tesón.
Pero tus huellas, Tere, nos inyectan la fuerza
Para abrazar, a ultranza, la cruz de tu pasión:
Ayudarle al caído con la clara certeza
De servir con la vida y morir por amor.
Y contra la tiniebla que nos dejo tu muerte
Nos queda el tenebrario de tu alma que es la luz:
La luz de la justicia, de la bondad perenne,
La luz eterna y pura de tu guía: Jesús.
Y no por el silencio de tus labios inertes
Se quedaran calladas tu verdad y virtud
Ya verás cómo llegan de todas partes gentes
A tomar tus banderas y a cargar con tu cruz
fernandocardonakaro