Dos mansas jirafas
juntas y enamoradas
tomaban de forma grata
una misma naranjada.
La mesa es un árbol cortado
de un viejo roble caído
que un leñador osado
dejó todo destruido.
Las pajillas, pitillos o sorbetes
son dos cañas de bambú
que les trajo como un cohete
su amigo, el avestruz.
El jugo de las naranjas
se los regaló un turpial
que las halló en una granja
donde había un naranjal.
Alejandro J. Díaz Valero