Repetir
los mismos ritos
con la misma fórmula
y los mismos pretextos.
Simular que seguimos
buscando
la piedra del deseo,
rascando alaridos
de locura,
convergiendo.
Eso no es seguir
amando,
-MI VIDA-
aunque bien nos parezca
y sea mucho más cómodo.
Eso es botar la vida
en un eructo,
no saltar del tren
que nos arrastra,
destruir en-sueños.
Y la hora de despertar
y la mañana,
y el modo de besar
y el "buenos días, amor",
-MI AMOR-
nada me dicen.