Te invito una copa,
hace días me hace falta
cambiar un rato el aire,
escuchar un suave blues,
seducirte con la mirada
y caminar descalza por la arena
con una buena noche estrellada.
Te invito una copa
para olvidar las penas,
para reirnos del silencio
y de cada loco pensamiento
enredado por las ansias
de salir a conocernos,
de bebernos las fragancias.
Te invito una copa
y no voy a emborracharte,
pero sí para contarte
que me gusta tu boca,
brindaré por tu nostalgia
y vos por mi dulzura
que pretende ser la uva
de tu vino en abundancia.
Te invito una copa
y no acepto la rechaces,
bajo la tenue luz
el alma quiere recrearse
con la caricia de tu voz
recorriendo cuerpo entero
y la copa de florero
olvidada por los dos.