¡Qué hermosos momentos los de la infancia!
inocentes caritas tan sonrientes,
miradas alegras esperando algún dulce,
una caricia de mi madre valiente.
Recuerdos hermosos
inundan mi mente,
entre juegos graciosos,
jugando a ser grandes.
Ganando partidos
de dados y risas,
muñecas dormidas,
mientras yo corría.
Olanes traviesos,
vestidos coquetos,
moñitos de colores
atando mis sueños.
Rodillas mugrosas,
mientras me agachaba,
correteando a algún gato
que de mí se burlaba.
Mi anhelo callado,
llegar a poeta,
mientras mis juguetes
escondidos quedaban.
Escribiendo en silencio,
sin que mis amigos notaran,
por loca y chiflada
así me tomaban.
Tan solo una hoja
y una pluma guardada,
sentada en la vida...
era lo que yo necesitaba.
Llegaron los años,
cuando el amor florecía,
ganando batallas
mientras yo escribía.
Poemas de amores
entonces enamoraban,
las letras fluían
abriendo mis flores.
Ahora en mi vida,
llevo yo este estigma,
mis letras amadas
al fin se reían.
YOLANDA BARRY.