Cantaba felizmente su canción
aquella que compuso con cariño
cuando este tico apenas era un niño
que no entendía nada de razón.
Cantaba con el alma y corazón
y con amor me hacía siempre un guiño
cuando ensuciaba todo su corpiño
siempre a la hora de mi alimentación.
Dedico este soneto a la más bella;
a mi madre que tanto amor me dio
y hoy daría cualquier cosa por verla.
solo sé que me alumbra, que es mi estrella
y que de mí, ella, siempre bien cuidó
y por eso y más, siempre he de quererla.
AUTOR: Jareth Cruz