Càfes apagados en un bar,
lluvias sin despedidas romànticas,
aventuras descartables sin tinta,
son las crònicas de un poeta.
Aquel poeta fundido en mar y tiempo,
fundido en la mina de la literatura,
fundido en los ojos de la musa prometida.
Aquel poeta inmerso en campo y vida,
símbolo de los frutos del verso,
tesoros de tinta y perlas de mètafora.
Historias colmadas de asombros,
Plumas favoritas del ayer,
fragmentos que alzan escombros,
son las crònicas de un poeta.
Aquel poeta con alma adicta al papel,
extrae de su obra la propia miel,
cuando la inspiraciòn llega a la piel.
Aquel poeta con sueños de evoluciòn,
tan fràgil como el diamante del corazòn,
tan ràpido como un ave en plena dispersión.
Preparados para el viaje real,
obras de un tiempo inolvidable,
avalancha de cadencias rebeldes,
son las crónicas de un poeta.