Ayer,
vivimos un especial momento,
juntos oramos, adoramos y alabamos,
juntos nuestros espíritus sincronizados
dando honra y gloria a nuestro Señor y Salvador...
Ayer,
mi corazón saltaba
de alegría, emoción y gozo
por imaginarme que algún día
así lo haremos de rodillas
y tomados de las manos
cada noche...
Ayer,
quisiera que fuera hoy,
y que así cada mañana y noche
por el resto de nuestras vidas
estemos juntos, siempre,
adorando con pasión y fervor
a nuestro amado Creador...