El otoño ha llegado,
el frió me cala sin piedad,
espero tu calido abrazo,
el cual no se hace presente.
La melancolía me llena,
me acompaña solo un cigarrillo,
le platico mi desgracia
y se consume, como mi alma.
El cuarto, repleto de humo,
forma tu cuerpo efímero,
intento atraparte y no puedo,
te esfumas bajo mis ojos.
Que hacer si no te tengo,
será huir, la única salida,
no se; me siento triste,
impotente, sin ganas de seguir.
Enciendo de nuevo un cigarrillo
y me hundo sobre la bruma,
me pierdo entre la nada,
sin fuerza, sin ánimo, estoy solo.
Me reclamo y te reclamo,
porque me haz abandonado
y no encuentro respuesta,
solo se; que ya no me amas.