AMOR querido, con SABOR a DESAMOR en los LABIOS:
Como suave brisa que lleva el viento, fue suerte de escuchar desde el otro cuarto contiguo al tuyo, el llanto de una niña mimada y consentida, que acostada a la cama, sufría sumida sobre su almohada, lamentándose de un amor querido, con sabor a desamor en sus labios de rosa, mientras sus pensamientos seguían centrándose en un solo punto del anhelo recordado, cautivamente, porque era sincero y padecido por su corazón, reflejándolo cada noche con el despertar, por sus entristecidos, ojos glaucos...
Como suave brisa que lleva el viento, fue oírte llorar por primera vez en soledad del otro lado de la puerta a quien decía, nunca llorar por nada ni por nadie, jamás, haciéndome humedecer los ojos, hasta sentir las lágrimas correrme lentamente por el rostro aunado a un nudo en la garganta que me ahogaba deseando gritar tu nombre, no por la emoción de momento, sino, del detalle de presentir por milagro de Dios, el doblego por derrota, para un corazón inconmovible de vivir sentimiento alguno, como razón de existencia, por amor...
Como suave brisa que lleva el viento, fue imaginar, inocentemente, que tendrías por todas un destino ciertamente marcado de revés para tu vida, escribiendo con tiempo y espacio de dolor las memorias, plasmando ciertamente lo sentido dentro de tu corazón, después de haber evaluado todo lo ocurrido, intentando aplicar lo aprendido durante todos estos años, juntos, pero me equivoqué, ya lo vez, seguiste siendo la misma mujer sin carisma de ayer y perdóname, por ser tan franco, contigo, diciéndote esto en persona, al no poderte alcanzar.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 24042012 10:40 AM.