Aún siento la intensidad
de incendios carnales
abrasándome venas
en vinagre sabor
rojo carmesí.
Aún el sentimiento voraz
arropa mi frágil sensatez,
hincha vallegianas velas
alimentando musas extraviadas,
olvidarte debo
y no siento que puedo,
no puedo
y lo siento.
Aún tu ausente presencia
habita de lleno mi vacío,
torbellino del recuerdo
perturbando el olvido.
Aún contempla mi ceguera
tu olear tempestuoso
azotando mi faro
de luces agónicas......
pero aún reinas
en cada sentimiento
fecundando versos
como lluvia germinadora,
vibración a cada lágrima
en el silencio de la mirada.
Luciérnaga en la sempiterna
nocturnez de mi abecedario......
reflejos, reflejos indelebles
del incendio de mi vida
y, como si no fuera todo,
renaces invariable
avasallando
sin tregua ni medida
mi diario calendario.