Cae la tibia luz de la luna por la ventana,
las cortinas alegres juegan con la brisa del viento,
la habitación se baña en una densa oscuridad,
reina el silencio y la tranquilidad.
Yo tumbado en la cama descanso,
me voy perdiendo entre las dunas del desierto de lino
y estoy pacíficamente perdido en un profundo sueño
donde soy el capitán de un gran barco.
Volando cruzo el mar que se pierde en el infinito,
el cielo esponjoso color de rosa
baja hasta nosotros para acariciarme,
y el sol suave esparce sus semillas.
En el horizonte caballos negros avanzan sin compasión,
el cielo se cubre de un gran manto morado,
la lluvia con sus largos brazos
comienza a desgarrar las olas del mar.
Desesperación, miedo y terror.
gruñe la cama en su lecho de muerte,
gira la inmensa habitación,
y las sombras bailan por las paredes.
Mi alma se agrieta apuñalada por el dolor,
la ansiedad se apodera de mi corazón,
mi boca está llena de arena seca,
y mis ojos no ven la amargura que me rodea.
¿Porqué señor?,
porque siempre se rompen mis sueños,
porque nunca mi alma
podrá descansar en paz.
Cae la fina luz por la venta,
y las cortinas vuelven a jugar.