Las olas furiosas atacan mi buque
En fuertes soplidos de agua y tormenta
Resigno mi muerte, del mar no soy duque
A Dios encomiendo mi alma no exenta
Mi barco en pedazos arrastran corrientes
Herido y sangrando me hundo en el mar
Pulmones consumen clamores dolientes
Se acaban mis fuerzas, inútil luchar
Y en esta agonía de muerte segura
Mis manos se rozan en piel escamosa
Y observo perplejo un rostro en ternura
Con piel de doncella y ojos de Diosa
Mi cuerpo dolido se aferra a sus brazos
Y en cantos de amores alivia mi pena
Y encuentro alegría en placer reposado
Acaba mi angustia una bella sirena
Me saca del agua con manos preciosas
Y abrazo su cuerpo en aires de paz
Con dulces sonidos de voz armoniosa
En música y versos comienza a cantar
Sus rizos dorados desprenden diamantes
En arpas que emiten sus ondas de albor
Colores se pintan al cielo en instantes
Y empieza mi historia de idilio de amor
La isla testigo del bello romance
Aplaude con garzas la brisa en su voz
Su boca de dulce florece a mi alcance
Me inyecta su almíbar con beso feroz
Estrellas de mar cantan coros de espuma
Delfines y pulpos dan flores y ofrendas
Danzando los peces, cangrejos, el Sol y la Luna
Una historia de amor convertida en leyenda
Y pasan los días, las noches, los años
Decenios y siglos, el tiempo absoluto
El mito del náufrago de hoy y de antaño
Epopeya en conquistas de los mares de embrujo