¡Atrévete! vence el silencio y grita
ese amor que ahoga y cala tus huesos,
no reprimas en tus labios los besos,
que ansías rociar como agua bendita.
Libera la pasión que en ti se agita
y te hace esclavo de tus embelesos,
y desborda en caricias tus excesos,
entrégame ese amor que en ti crepita.
¡Atrévete! a vestirme con tu fuego,
pues desnuda me deja tu mirada,
recorre mi cuerpo cual artesano,
escúlpeme la dermis como un ciego,
tanteando la seda de su amada
prendiendo mis antorchas con tu mano.