Mis valerosos ojos os vieron un DIA y se volvieron cobardes, al ver semejante hermosura, belleza dorada, de plata radiante y porte sin igual.
Mi espada paladina la pongo a vuestros pies.
Vuestro leal vasallo quiero ser y en la guerra de vuestro cabellos al viento, perder la batalla.
Rendido a la diestra ,encadenado a la cintura, arrastrado al oscuro de vuestros ojos señora, me postro para que hagáis de mi lo que os apetezca.
No tengo miedo a la muerte, pero si a morir de desamor.
No tengo miedo en dejar mi sangre en el campo de batalla, pero si ser cobarde y no decirle, cuanto la amo, mi señora.
Mil cañones tronaron en mi corazón, cuando mis ojos avistaron la bandera de su cuerpo y asoldaron su palpitar.
Balas perdidas que me matan por el ansia de amaros.
Torbellino rojo que fluye por mis venas, cual río caudaloso y desemboca en vuestros labios, que sin besaros se convierte en cascada de deseo.
Llevo en mi pecho un suspiro bien guardado y en mis labios un nombre que grito en silencio.
Por mas que cierro los ojos no dejo de verla asomada a su ventana, a la espera, siempre bañada al sol, ignorante de mi perdido amor.
Hoy no voy a dejar pasar un siglo mas, sin declararle los millones de momentos que llevo amándola.
Tenga vuestra meced la noticia.
LA AMO